Isabel II de España


Ninfómana, inculta, indolente, incompetente, caprichosa, derrochadora, populachera, impredecible, inmoral… Todos estos adjetivos han sido adjudicados a la reina Isabel II de España. Y todos ellos han supuesto no solo una crítica demoledora a sus capacidades como gobernante, sino, sobre todo, a su vida personal, a su modo de ser y a sus gustos íntimos. Pocas figuras históricas de la España contemporánea han sido tan castigadas por los tópicos y juzgadas con tanta inquina desde un prisma de prejuicios que parte de
conceptos morales trasnochados como la reina Isabel II.