El pasado día 17 de octubre fui invitada por el Ayuntamiento y la Biblioteca de Ardales a esta bella localidad. El motivo fue celebrar el Día de la Mujer Rural. Mi libro Al sur de la nada (una de cuyas novelas, precisamente la que da título al libro, está protagonizada por una mujer nacida y criada en un pueblo) sirvió como excusa para hablar de los cambios producidos en el medio rural. Cambios que, como se comentó en el coloquio que se entabló a continuación, han sido en general positivos, especialmente para las mujeres. Y, como señaló la bibliotecaria, Joaquina Durán (en la fotografía), muchos de estos cambios han sido protagonizados por toda una generación de mujeres, la primera que ha podido estudiar y decidir con mayor autonomía su futuro personal y profesional. Se habló también de la calidad de vida que tienen los pueblos, con la rémora quizá de la escasez de trabajo que fije a los municipios a la población más joven. Yo manifesté mi admiración por el magnífico Centro Cultural «Villa de Ardales» que acoge no sólo la biblioteca, sino una excelente sala de teatro, además de una colección más que notable de pintura, fruto de las sucesivas ediciones del concurso de pintura de la localidad; y animé a seguir con la valiosa labor cultural allí realizada. Pues la cultura es una auténtica necesidad, no un lujo; es el aliento vital de toda población o territorio que se precie.
Una tarde muy agradable, en fin. en la que me sentí muy a gusto. ¡Y además me fui con un agradable sabor de boca…! (la tradición dulcera de Ardales algo tiene que ver con ello…).